El ser humano es increíble,
excepcionalmente increíble; a pesar de ser conscientes de que tenemos el tiempo
contado, nos afanamos, sin mostrar el más mínimo pudor, en adquirir y apilar
todo tipo de bagaje, tanto moral como material, bagaje que se quedará ahí
cuando ya no estemos, incluso que no le servirá a nadie, y todo ese esfuerzo y
tiempo que hemos dedicado a engordar nuestro particular tesoro parecerá vano
ante la facilidad con que alguien lo liquidará sin el menor escrúpulo.
PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES
sábado, 25 de marzo de 2017
domingo, 22 de enero de 2017
Sea como fuere, la mayoría de las
personas pasamos por este mundo sin pena ni gloria. Aquellos recuerdos que
seamos capaces de proyectar quedarán extinguidos después de la cuarta o quinta
generación de nuestros descendientes, salvo que seamos capaces de dejar algún
tipo de herencia que pueda trascender más allá de nuestros hijos, nietos y
bisnietos, algo que mantenga vivo nuestro nombre y un poquito más, y aquí es
donde podemos hacer mención al objeto que nos ha hecho lanzarnos a las redes a
muchos como yo: el hecho de haber escrito y publicado un libro. Pues sólo
aquello que se empeñen los demás en hacerlo perdurar perdurará, nuestra simple
voluntad no sirve de nada, siempre será necesaria la ayuda de otras muchas
personas aunadas y decididas a concederte una pequeña estampación en la Historia.
miércoles, 11 de enero de 2017
En cualquier caso, siempre ha habido
personas (filósofos, matemáticos, alquímicos, astrónomos, escribas…, incluso
trovadores) dedicados en cuerpo y alma a recabar información y conocimientos
que han podido llegar hasta nosotros gracias a su, casi siempre, desinteresado
esfuerzo. Y estos hombres, así como otros que a su vez valoraban la labor
realizada por los primeros, tuvieron la gran idea de crear reductos para
albergar sus escritos y tratados, como han sido y son las afamadas bibliotecas,
lugares realmente inspiradores para cualquiera dispuesto a enriquecer sus
conocimientos.
domingo, 1 de enero de 2017
Siempre me llamó la atención comprobar
la cantidad de jóvenes que tomaban por costumbre la ardua tarea de escribir un
diario. Infinidad de veces me planteé iniciar yo el mío, pero algo en mi
interior me decía que las tareas del día a día no eran lo suficientemente
emocionantes o significativas como para irlas plasmando sobre el papel, y dicho
entretenimiento podía llegar a resultar excesivamente tedioso.
lunes, 26 de diciembre de 2016
domingo, 11 de diciembre de 2016
En
mi afán por escribir una historia
a
un mundo fantástico viajé
y
deseoso de transmitir lo que hallé
lo
volqué a un archivo digital de mi memoria
decidido
a divulgarlo por doquier.
Y
a las “Redes” me lancé entusiasmado
para
percibir de mi escrito los rumores
mas
de forma inesperada quedé abrumado;
¡cuán
enormidad de tuiteros, blogueros y escritores!
Y
me dije: si yo también… ¿dónde están nuestros lectores?
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