lunes, 26 de diciembre de 2016

      Me pregunto si ahora escribiríamos tanto como escribimos de no disponer de los fenomenales medios de que disponemos; es seguro que no. Los antiguos sí que se lo curraban, a base de cálamo y pliego. En fin, está claro que hay que aprovecharse de lo que nos proporcionan los avances tecnológicos.

     Es evidente que resulta más cómodo y sencillo leer que escribir, pero parece que están cambiando las tornas. Cuando yo era pequeño, siempre quise escribir un cuento, pero sólo alcanzaba a poner el título y un par de frases más; al final terminaba leyendo relatos, o cómics, consolidados por profesionales de dicha literatura. He tardado años en ponerme en serio con el tema, y, a pesar de disponer de más medios y de una mayor preparación, me costó comenzar. Cuando encontré el hilo de lo que realmente quería escribir, me lancé, y todo fue saliendo como yo deseaba, era como si hubiese hallado, entre los miles de baúles estivados en los inmensos almacenes de mi memoria, el que contenía todo el material para componer mi historia. Ahora creo haber encontrado otro, y ando buscando alguno más. En cualquier caso, creo que la escritura es una faceta inmensamente positiva, un medio de comunicación extraordinario y una fenomenal herramienta de aprendizaje; yo, mientas componía mi novela, en ningún momento dejé de aprender, y disfruté muchísimo inventando personajes y sucesos.

     El caso es que mi afán por promocionar la novela que he escrito me llevó a crear una cuenta en twitter, pero resulta que, al igual que le ocurre a la mayoría, el espacio para escribir en twitter es enormemente escaso. Bien, pues siempre existe alguna solución alternativa, que yo he encontrado en blogger, y he creado este blog. No tengo muy claro cuál es el camino a seguir que pueda ser el más acertado a la hora de enlazar con los lectores, pues rebuscando en la red encuentro toda clase de blogs, entre los que predomina, como principal dedicación, la realización de reseñas de libros. He visto por ahí reseñas bastante elaboradas, un trabajo realmente dedicado, pero yo no me veo en esos lances, aunque, más adelante, supongo que alguna urdiré cuando lea algún libro que me cause un impacto especial.

     Ya puestos, haré una brevísima referencia a la historia que he escrito: TILMANTOR, una novela de fantasía ambientada en la épica medieval. La publiqué en Amazon a finales de agosto, y espero que alguien se atreva con ella (me encantaría ver una reseña de la misma en alguno de esos blogs tan currados, pero bueno…, tiempo al tiempo). También aprovecho la ocasión para rescatar de twitter una estrofa que construí para hacer una sutil alusión a mi novela:


Es una realidad distinta
es un cuento ensoñador
es un mundo hecho de tinta
es un refugio, es… Tilmantor

     Yo no sé si al personal le sucederá lo mismo que a mí, pero no soy capaz de dejar la mente en blanco ni un solo minuto; siempre estoy pensando, proyectando, planificando…, albergando infinidad de cuestiones y buscando la pertinente explicación; es por eso que he decidido volcar a este blog muchas de las reflexiones que bullen en mi cabeza a diario, con lo que espero no hacerme muy pesado, y sí conseguir que quien me lea se identifique con todo o con buena parte de lo que vaya exponiendo. No sé, es como una forma de desahogo, de descarga.

      Como no podía ser de otro modo, llegando estas fechas tan señaladas, los compromisos se incrementan, las compras se multiplican, los proyectos se desbordan y los impedimentos, que siempre parecen acechar agazapados esperando la ocasión, esos crecen exponencialmente. Y terminas medio loco tratando de cuadrarlo todo; casi nunca se consigue hacer como te hubiese gustado, y, aunque te vas acostumbrando, siempre te queda un regustillo amargo, pero también el cándido propósito de que no te ha de pillar el toro el año próximo. Así que cojamos aire y a por todas, que algo tendrá que salir bien elaborado. “FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO”. (Continuaré)

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